Para explicar la manera correcta de elaborar un menú saludable y equilibrado, se partió de un programa pedagógico. Con este programa, se llevó un grupo de niños y niñas entre 8 y 12 años, estudiantes todos ellos de escuelas de primaria del barrio, al Mercado del Fondo para conocer de primera mano sus beneficios, a través de un juego de simulación en el que el espacio central de referencia fue el mismo mercado municipal. De esta manera, se quiere transmitir a los más pequeños el mensaje que los mercados son, no sólo espacios de referencia del producto fresco y saludable, sino también lugares privilegiados para las relaciones interpersonales y, en definitiva, para el fomento de la convivencia y la cohesión social.
Este juego consistió en unos cuadernos didácticos donde los alumnos tuvieron que ayudar a 8 personajes con una disfunción nutricional para, de este modo, conocer la necesidad de llevar una alimentación saludable y equilibrada. Una vez terminada la actividad, los alumnos participantes recibieron como regalo un álbum de cromos que pudieron comenzar aquel mismo día.
A través de la práctica de este juego, los niños del Fondo tuvieron la oportunidad de relacionarse con los paradistas de su mercado y, a la vez, entre ellos mismos. Tos eso con un denominador común en forma de objetivo pedagógico, la adquisición de conocimientos y de hábitos alimenticios saludables.