El pleno municipal del mes de julio aprobó la suspensión por un año de las licencias de las cocinas industriales después que el Ayuntamiento haya recibido consultas y peticiones vinculadas a la actividad de las llamadas “macro-cocinas” o cocinas fantasma, a causa de la proliferación de este modelo de negocio como consecuencia de la pandemia.
La alcaldesa, Núria Parlon, ha explicado que “esta medida la hemos tomado para evitar la apertura descontrolada de cocinas industriales que puedan ocasionar efectos adversos para los vecinos y vecinas de la ciudad, mientras estudiamos la regulación de esta actividad en relación a su ubicación, condiciones de seguridad y exigencias medioambientales”.
En otras poblaciones, el vecindario se ha manifestado en contra de la instalación de este tipo de actividad por los inconvenientes que provoca para la convivencia como son los olores, ruidos y perturbaciones en el tráfico.
Santa Coloma es una ciudad con mucha densidad de población, por eso se ha considerado necesaria la suspensión, por el plazo de un año, del otorgamiento de licencias a establecimientos con obrador i/o cocinas industriales para la elaboración de platos preparados, sin venta al público ni degustación.