El abanico formativo es amplio: puede interesar tanto a quién necesita iniciarse o avanzar en las dos lenguas oficiales (catalán y castellano) o a quien no ha tenido una escolarización satisfactoria y quiere adquirir los conocimientos básicos, como quienes requieren mejorar en competencias (inglés o informática) exigidas por el mercado laboral, y también, a quien quiere reengancharse a la universidad o a la formación profesional.
Para preinscribirse hay que tener 18 años, a pesar de que en determinadas situaciones se puede acceder a partir de los 16. La formación es presencial y el alumnado cuenta desde el inicio con asesoramiento, orientación y elaboración de itinerarios personalizados. «Suele pasar que los alumnos que empiezan unos estudios se enteran de otros cursos del centro que finalmente los ayudan a enriquecer su perfil», explica Joan Mata, director del CFA Singuerlín, que resalta el clima de convivencia intergeneracional e intercultural de las escuelas de adultos actuales.
Con la implantación del graduado en educación secundaria (GES) en las escuelas de adultos, ahora hace 20 años, el perfil del alumnado se diversificó y el abanico de edades se amplió. Para conmemorar los 20 años del GES, el CFA Fondo hará una celebración el próximo 14 de junio en el Centro Mas Fonollar. La fiesta empezará a las 18.30 h con una batucada y la entrega de los títulos. Así mismo, se proyectará un video, con entrevistas a antiguos alumnos. Más información en: CFA Fondo (rbla. San Sebastián, 98-100; 93 386 67 32; www.cfa-fondo.cat). CFA Singuerlín (c. Almogávares, s/n; 93 391 03 06; www. agora.xtec.cat/cfasinguerlin).
La educación, herramienta de transformación social
Después de la dictadura, resurgió la idea que la formación de adultos y el acceso a la cultura era un derecho y una herramienta de transformación y justicia social. Santa Coloma no se quedó al margen y creó al curso 1977-78 los llamados Círculos de Educación de Adultos —dotados con 6 maestros—, en el Círculo Social Santa Rosa y en el de Las Oliveras; en 1982, se sumó también el Círculo Beethoven.
Tal como explica Xavier Jové, director del CFA del Fondo, este movimiento nació desde abajo, impulsado por el vecindario, maestros y organizaciones de izquierdas. Durante los primeros años, la tarea docente se centró en la alfabetización, las titulaciones de certificado y de graduado escolar y en la realización de talleres.
En el curso 1983-1984, los maestros consiguieron unificar los tres círculos en un único Centro de Educación Permanente de Adultos en la Escuela de primaria Mercè Rodoreda, durante el horario de tarde. Y en el curso 1987-1988, ya bajo tutela de la Generalitat y con 12 docentes, estrenaron sede en el antiguo Instituto Mixto IV, actual ubicación del CFA Singuerlín. «A pesar de tener edificio propio, los docentes continuaban enseñando en escuelas, casales, centros cívicos o incluso, espacios eclesiásticos. La liberación de un espacio municipal, el de la antigua fábrica Vilaseca, permitió que el curso 1994-1995 se creara otra escuela de adultos: de los 15 maestros, 7 se quedaron en la escuela de Singuerlín y ocho fundaron la nueva Aula de Formación de Adultos Fondo-Vilaseca».