Este viernes, en el Aula Ambiental Isabel Muñoz, dentro del parque de Can Zam, la alcaldesa de Santa Coloma, Núria Parlon, y el concejal de Medio Ambiente ha presentar el documental 'Golondrinas y vencejos. Edificios vivos, Santa Coloma de Gramenet ciudad viva ', del productor audiovisual David Perpiñán. Es un proyecto ideado e impulsado por este Ayuntamiento, con el apoyo del Consorcio del Besòs, los ayuntamientos de Barcelona, Badalona, Sant Adrià del Besòs y Montcada i Reixach y la Fundación Catalana para la Investigación y la Innovación (FCRI).
La alcaldesa ha destacado que es muy importante para una ciudad como Santa Coloma, densamente poblada y con muchas amenazas de contaminación, 'hacer una apuesta clara por reivindicar el cuidado del medio ambiente y la biodiversidad'. Y ha añadido que 'el documental será un instrumento educativo, que nos ayudará a transmitir esta visión a los más pequeños ya la ciudadanía en general, para que tengan más sensibilidad hacia los entornos naturales que hemos ido recuperando, como el río Besós, una infraestructura verde que se ha convertido en un elemento definitorio de nuestra ciudad'.
Las golondrinas comunes
En Santa Coloma de Gramenet crían diversas especies de golondrinas y vencejos. Una de las más emblemáticas es la protagonista del documental, la golondrina común, que hace sus nidos en colonia, en las ventanas o en los aleros de los edificios. Estas golondrinas han podido estudiar a las colonias que han hecho en el barrio de las Oliveras y en el edificio de la antigua fábrica CIBA. En total, en la ciudad se calcula que anidan un total de 400 parejas de aviones comunes.
Estas aves son especies rupícolas protegidas. Se trata de aves que hacen sus nidos en zonas rocosas, pero en este caso se habla de aves que se han adaptado a hacer sus nidos en las ciudades. Son habituales en el cielo de Santa Coloma, sobre todo en zonas cercanas al río Besòs, donde es común verlas alimentarse o coger barro para hacer sus nidos.
Todas estas especies, incluidos sus nidos y sus huevos, están protegidas por la legislación; entre otras razones, porque son unas valiosísimas consumidoras de insectos. Una sola golondrina puede comer entre 5 y 6 gramos de mosquitos diarios, equivalente a unos 2.500 mosquitos al día, y 500.000 mosquitos en toda una temporada (más o menos desde finales de febrero hasta octubre).
Instrumento educativo
Así pues, las golondrinas son imprescindibles para controlar la población de mosquitos y, por tanto, para mejorar la calidad ambiental de las ciudades y el bienestar de los vecinos y las vecinas. Pero para poder cuidar de ellas, vale la pena conocerlas un poco mejor. Es por ello que se ha impulsado la grabación de este documental, que quiere ser un instrumento educativo de cara a los escolares y la ciudadanía en general.
La iniciativa se enmarca dentro de las acciones que se están llevando a cabo desde el Ayuntamiento, a través del Programa municipal de protección y recuperación de la fauna salvaje, para dar a conocer a la ciudadanía las especies protegidas, pero sobre todo a la alumnado de las escuelas, a través del programa de sensibilización medioambiental que lleva a cabo el centro Ecometròpoli.
Hay que recordar que cualquier persona que se encuentre con uno de estos animales herido, debe ponerse en contacto con el Ayuntamiento, al servicio de Medio Ambiente o con Ecometròpoli, donde le indicarán qué hacer.