Cultura inicia los trámites para declarar el yacimiento íbero de Puig Castellar Bien de Interés Cultural Nacional

El Departamento de Cultura ha iniciado el expediente para declarar Bien de Interés Cultural Nacional (BCIN) el yacimiento íbero de Puig Castellar, en la categoría “Zona arqueológica”. Hace años que el Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet, el Instituto de Estudios Catalanes y el Centro Excursionista Puigcastellar pidieron la incorporación del poblado al catálogo.

 
 

El Departamento de Cultura ha iniciado el expediente para declarar Bien de Interés Cultural Nacional (BCIN) el yacimiento íbero de Puig Castellar, en la categoría “Zona arqueológica”. Hace años que el Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet, el Instituto de Estudios Catalanes y el Centro Excursionista Puigcastellar pidieron la incorporación del poblado al catálogo.

La recuperación del yacimiento y su divulgación a través del Museo Torre Balldovina, donde se exponen buena parte de los materiales encontrados, se verá así reforzada con esta figura jurídica de protección. El pasado 14 de agosto, se publicó en el Diario Oficial de la Generalitat de Cataluña (DOGC) la resolución para incoar el expediente de declaración de BCIN a favor del yacimiento ibérico de Puig Castellar, en Santa Coloma de Gramenet (Barcelonès) y Montcada i Reixac (Vallès Occidental), con un periodo de exposición pública de un mes.

Un grupo de trabajo integrado por diferentes servicios del Ayuntamiento, el Centro Excursionista Puig Castellar y la Diputació de Barcelona, ente gestor de la Cordillera de Marina, hace un seguimiento de las actuaciones que se desarrollan en el yacimiento.

 
“Turo del pollo”

El poblado íbero de Puig Castellar o “Turo del pollo” es un yacimiento arqueológico que corresponde a un villaje fortificado de época íbera datado entre los siglos VI a. C. y los siglos II a. C..

Se localiza al límite entre los términos municipales de Santa Coloma de Gramenet (Barcelonès) y Montcada i Reixac (Vallès Occidental), a la cumbre de un cerro elevado de unos 303,10 metros de altitud sobre el nivel del mar, ubicado en la cadena montañosa de la Cordillera de la Marina, al lado oriental de la desembocadura del río Besòs.

El poblado ocupaba una extensión aproximada que superaría ligeramente los 5.000 m² de los cuales 4.500 m² habrían sido ya excavados. Las primeras excavaciones se llevaron a cabo en el primer tercio del siglo XX y perduran, con algunas paradas, hasta la actualidad.

En cuanto al mundo de época íbera, Puig Castellar se puede considerar un yacimiento excepcional por varios motivos. En primer lugar, por su extraordinaria ocupación, que alcanza una secuencia arqueológica continuada de más de tres cientos años de historia. A lo largo de las excavaciones, se han identificado un total de 4 fases que comprenden desde el siglo VI a. C. hasta el siglo II a. C., alcanzando la génesis del iberismo y toda la vigencia del mundo íbero hasta su desaparición dentro del proceso de la romanización, hecho que nos muestra la importancia de este yacimiento en el estudio de las comunidades íberas de la Laietània y del mundo ibérico catalán.


El yacimiento ibérico ejemplifica el modelo diacrónico de urbanismo de esta cultura, contrastado por su estratigrafía. Muestra construcciones en batería, casas compartimentadas, zonas comunes de paso, conducciones de agua, murallas, espacios no residenciales de uso especializado para un posible uso comunitario, etc. También recoge los característicos rituales de inhumación infantil y otros de fauna, así como restos de cráneos humanos enclavados.

Los vestigios inmuebles aportan unas secuencias estratigráficas claras y los conjuntos cerrados aportan abundantes testigos de la cultura material, medioambiental y económica, contextualizados y bastante significativos de los momentos históricos.

En cuanto a la cultura material, los trabajos arqueológicos han hecho posible recuperar una de las colecciones de materiales íberos más destacadas del país, piezas y objetos, mayoritariamente de cerámica, pero también otras muchas de metal, depositadas y expuestas mayoritariamente en el Museo Torre Balldovina y también al Museo de Arqueología de Cataluña de Barcelona, a través de los cuales es posible profundizar en el conocimiento de la cultura material del mundo íbero layetano y de las condiciones de vida de los antiguos habitantes de este poblado íbero.