La caída accidental de un árbol el pasado lunes en la calle Roselles, entre Torres i Bages y Mn Cinto Verdaguer, mientras se hacían unos trabajos de mejora en las aceras, ha puesto en evidencia los problemas que tiene el arbolado en esta vía para arraigar en buenas condiciones. Los técnicos municipales comprobaron que las raíces del árbol caído estaban en muy mal estado. El origen de este problema está en el subsuelo de la calle. Los operarios del Ayuntamiento han hecho una prospección en los últimos días y han descubierto que a 40 centímetros de profundidad el suelo está completamente compactado y su formato se asemeja al de la piedra, de hecho, es necesario utilizar un martillo para profundizar en la exploración. También se observa un compactado del antiguo asfalto. En estas condiciones, el subsuelo es tan duro que las raíces de los árboles de esta zona no han sido capaces de penetrarlo y para ello se desarrollan horizontalmente.
Los resultados de la exploración explican porque las raíces del arbolado han dañado las aceras de la calle con este crecimiento horizontal y superficial, insuficiente para su estabilidad . En los últimos dos años, los levantamientos en la acera han sido continuos y para repararlos han tenido que cortar las raíces haciendo peligrar la estabilidad de los árboles. En caso de no hacer esta actuación, el deterioro de las aceras también habría comportado un peligro para los peatones.
El arbolado que se plantó en la calle Roselles a mediados de los años noventa fue de alineación Sophora japonica pero cualquier especie de arbolado, aunque sea de dimensiones más reducidas, tendrá un comportamiento similar en este subsuelo que no posibilita un correcto desarrollo de las raíces.
Ante esta situación y con la obligación primordial de garantizar la seguridad y la movilidad de la ciudadanía, los servicios municipales han decidido retirar el arbolado de la calle Amapolas y no sustituirlo.
