La ciudad de Santa Coloma de Gramenet continúa apostando por las energías renovables, como la solar, que permiten mejorar la eficiencia energética y que son respetuosas hacia el medio ambiente. Un ejemplo más de este compromiso es la construcción de una nueva planta solar en el colegio público Ferran de Sagarra, el primer centro de educación primaria de Santa Coloma con una instalación de estas características.
La nueva planta tiene una superficie de 141 metros cuadrados, una potencia total de 17,45 kwp instalados y ha supuesto una inversión de 125.000 euros que han sido financiados por el Consejo Comarcal del Barcelonès. La nueva instalación, que cuenta con 108 placas fotovoltaicas, producirá 22.500 kW hora por año, que se introducirán en la red eléctrica convencional.
La puesta en marcha de esta nueva instalación en la escuela Ferran de Sagarra amplía hasta cinco el número de plantas solares que forman la red de energía renovables en Santa Coloma, además de las viviendas de nueva construcción. El Instituto de Educación Secundaria Ramon Berenguer IV (5 kwp de potencia) fue el primer edificio público de Santa Coloma donde se instalaron placas fotovoltaicas, después siguieron la instalación en la Biblioteca Central (10 kwp), al Polígono de empresas del Bosc Llarg (9 kwp) y la gran instalación en el Cementerio Municipal de Santa Coloma (100 kwp), esta última ha convertido la ciudad en pionera en la colocación de placas solares en este tipo de equipamiento.
La implantación de instalaciones de aprovechamiento de la energía solar para producir tanto electricidad (placas fotovoltaicas) como agua caliente (placas térmicas) es una de las estrategias del Plan de Acción Ambiental – Agenda 21 Local del Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet, el objetivo del cual es conseguir un modelo de consumo energético sostenible para mejorar el entorno medioambiental y, consecuentemente, la calidad de vida de los ciudadanos y ciudadanas de Santa Coloma.
Energía para abastecer 320 viviendas
En total en Santa Coloma de Gramenet, ya existen 1.000 metros cuadrados de superficie de captación solar. En conjunto, con las instalaciones de energía renovables que ya están en funcionamiento en la ciudad se consigue un ahorro de 800.000 kW hora cada año, el equivalente a la energía eléctrica consumida por 320 viviendas de Santa Coloma. Además, suponen un ahorro de emisiones atmosféricas de 120 toneladas de dióxido de carbono (CO2).
Este ahorro de energía eléctrica y de emisiones de CO2 a la atmósfera se continuará incrementando con nuevas plantas solares fotovoltaicas que el Ayuntamiento instalará en otros edificios públicos de la ciudad. Próximamente, hay la previsión de realizar los proyectos de incorporación de los módulos fotovoltaicos: una segunda fase de placas al Cementerio Municipal, con una potencia de 260 kwp, en el CEIP TANIT (15 kwp), el Centro Cívico Els Pins (15 kwp) y el CEIP Torre Balldovina (15 kwp).
Santa Coloma continúa apostante por las energías renovables
El cambio climático es una realidad a la que tienen que hacer frente tanto los ciudadanos como las instituciones y gobiernos, incorporando de día en día criterios de ahorro energético para menguar la carga ambiental que comportan.
En este sentido, la ciudad de Santa Coloma se añade a este compromiso y todos los días incrementa la superficie de las instalaciones solares productoras de energía, tanto térmica como fotovoltaica, y todas las nuevas construcciones integran placas solares térmicas.
De hecho, Santa Coloma cuenta con una ordenanza solar térmica que incorpora instalaciones solares térmicas en todas las nuevas construcciones. Des de su aprobación, se han incorporado placas térmicas en 80 nuevas construcciones de la ciudad.
Por una parte, la ciudad es miembro des de su fundación de la Red de Ciudades por el Clima, participa a la Convención Catalana del Cambio Climático, y trabaja, en coordinación con los municipios catalanes desde la Red de ciudades y pueblos por la sostenibilidad, por el cumplimiento de los compromisos firmados en el Protocolo de Kioto.
Este Protocolo entró en vigor el 16 de febrero de 2005 y al mismo se adhirieron 160 países, entre ellos España, con el compromiso de disminuir la dependencia del petróleo y dar prioridad en las fuentes de energías renovables derivadas del sol.